Gender and Identification of Eating Disorders

A study looked at the role gender might play.

It’s a continuing and concerning question: Why are only 20% to 25% of persons with eating disorders diagnosed and/or seek treatment? Stereotypes about persons with eating disorders play an important role. Race, socioeconomic status, and ethnicity often stand in the way of detection and treatment, and this also extends to gender, which is rarely studied, according to psychologist Margaret Sala, PhD, and collaborators at Yeshiva University, The Bronx, NY (Eat Weight Disord. 2024. 29:45).

The study format

Dr. Sala and her team recently designed a study of 276 community participants, who were randomly assigned to one of three gender conditions: female, male, and nonbinary (75 individuals in each category). The purpose of the study was to examine whether recognizing an eating disorder, perceived need for treatment, perceived distress, perceived acceptability, and perceived prevalence differed depending on the gender of the individual with the eating disorder. Participants ranged from 29 to 31 years of age.

Study group members read three vignettes describing three different individuals with eating disorder symptoms: anorexia nervosa (AN), bulimia nervosa (BN), and binge eating disorder (BED).  The participants then answered questions related to recognizing eating disorder symptoms, recognizing eating disorders, and perceived need for treatment, perceived distress associated with having eating disorder symptoms, perceived acceptability (e.g., the extent to which it may not be too bad to have an eating disorder), and perceived prevalence.

Most stereotypes prevailed

Dr. Sala and colleagues found that the study participants rated a higher prevalence of AN among women and nonbinary individuals than among men, as well as a higher prevalence of BN in women than men and nonbinary individuals. The authors also found significant differences in the rates of recognizing an eating disorder, the perception that an individual needed treatment, or had distress, and perceived prevalence of all three eating disorders.

Contrary to their original hypothesis, there was no main effect of gender on perceived need for treatment. Participants, regardless of their gender identification, were more likely to refer the individual described for treatment in the AN vignette than in the BN and BED vignettes. Perceived need for treatment did not differ significantly between the BN and BED vignettes.

The authors noted that one possible limitation of the study was the homogeneity of the sample, which consisted of young, White, cisgender and heterosexual females who had completed their college education.

Género e identificación de los trastornos alimentarios

Un estudio analizó el rol que podría desempeñar el género.

Es una pregunta constante y preocupante: ¿Por qué sólo entre el 20% y el 25% de las personas con trastornos alimentarios son diagnosticadas y/o buscan tratamiento? Los estereotipos sobre las personas con trastornos alimentarios desempeñan un papel importante. La raza, el estatus socioeconómico y la etnia a menudo se interponen en el camino de la detección y el tratamiento, lo que también se extiende al género, que rara vez se estudia, según la psicóloga Margaret Sala, PhD, y colaboradores de la Yeshiva University, The Bronx, NY (Eat Weight Disord. 2024. 29:45).

El formato del estudio

La Dra. Sala y su equipo diseñaron recientemente un estudio con 276 participantes de la comunidad, que fueron asignados aleatoriamente a una de las tres condiciones de género: femenino, masculino y no binario (75 individuos en cada categoría). El objetivo del estudio era examinar si el reconocimiento de un trastorno alimentario, la necesidad de tratamiento, la angustia, la aceptabilidad y la prevalencia percibidas diferían en función del sexo de la persona que padecía el trastorno alimentario. Los participantes tenían entre 29 y 31 años.

Los miembros del grupo de estudio leyeron tres viñetas que describían a tres individuos diferentes con síntomas de trastornos alimentarios: anorexia nervosa (AN), bulimia nervosa (BN) y trastorno por atracón (TA/BED) A continuación, los participantes respondieron a preguntas relacionadas con el reconocimiento de los síntomas de los trastornos alimentarios, de los trastornos alimentarios y la necesidad percibida de tratamiento, de la angustia percibida asociada a tener síntomas de trastornos alimentarios, de la aceptabilidad percibida (por ejemplo, hasta qué punto puede no ser tan malo tener un trastorno alimentario) así como de la prevalencia percibida.

La mayoría de los estereotipos prevalecieron

La Dra. Sala y sus colegas descubrieron que los participantes en el estudio valoraron una mayor prevalencia de AN entre las mujeres y los individuos no binarios, que entre los hombres, así como una mayor prevalencia de BN en las mujeres que en los hombres y los individuos no binarios. Los autores también encontraron diferencias significativas en los índices de reconocimiento de un trastorno alimentario, la percepción de que un individuo necesitaba tratamiento o tenía angustia y la prevalencia percibida de los tres trastornos alimentarios.

Contrariamente a su hipótesis original, no hubo ningún efecto principal del género sobre la necesidad percibida de tratamiento. Los participantes, independientemente de su identificación de género, eran más propensos a remitir a tratamiento al individuo descrito en la viñeta AN que en las viñetas BN y TA/BED. La necesidad percibida de tratamiento no difirió significativamente entre las viñetas de BN y BED.

Los autores señalaron que una posible limitación del estudio era la homogeneidad de la muestra, que consistía en mujeres jóvenes, blancas, cisgénero y heterosexuales que habían completado estudios universitarios.

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