Q & A: About Zinc

Q. I saw a presentation on zinc deficiency at a recent meeting. Is this deficiency worse among patients with severe eating disorders?  (P.A., Phoenix, AZ)

A. Zinc deficiency appears to be common in certain severe eating disorders. “Hypozincemia”  is a term recently coined by family physician Kara Leach, MD and her colleagues at  the ACUTE Center for Eating Disorders and Severe Malnutrition at Denver Health Medical Center (J Eat Disord. 2025. 13:17).  In their observational, single-center study, the team found that the high relapse rate in their patients paralleled the high relapse rates often reported in those with severe eating disorders, particularly patients with restrictive and binge-purge anorexia nervosa (AN-R and AN-BP) and  avoidant restrictive feeding disorder (ARFID). (Normal plasma and serum zinc levels are 0.66-1.10 mcg/mL for children older than 10 and adults.)

The Denver Health study examined serum zinc levels in a unique group of hospitalized patients with severe malnutrition during refeeding. All patients at their center who were between 18 and 65 years of age, diagnosed with AN-R, AN-BP, and ARFID, and with an initial percentage of percentage of ideal body weight (%IBW) >75%, were screened for enrollment after admission.  Zinc levels were lowest in patients diagnosed with AN-BP and fell while they were hospitalized. The decrease in zinc levels suggests a new role for zinc supplementation to reduce relapse, given zinc’s role in taste, appetite, and quality of life. Common symptoms of deficiency, including impaired taste and smell, decreased appetite, and depression, zinc may be relevant to the high relapse rate among those with severe eating disorders.

Zinc is a critical micronutrient, and is found in a variety of foods including oysters, red meat, poultry, beans, nuts, whole grains, fortified breakfast cereals, and dairy products. It has a large function in the body, and is required for the metabolism of carbohydrate, fat, and protein. It plays a structural role in proteins, cell membranes, nucleic acids, and ribosomes, and regulates gene transcription, cell signaling, hormone release, and apoptosis. Zinc is found mostly intracellularly, particularly in muscle tissue, and is largely protein-bound, which can make testing complicated to obtain and interpret.

Both types of anorexia nervosa (restricting [AN-R] and binge-purge [AN-BP] subtypes are thought to lead to multiple macronutrient and micronutrient deficiencies with inadequate zinc in the diet. In the Denver Health study, zinc levels dropped significantly in patients from admission to discharge among all eating disorder diagnoses, suggesting the possibility of  “refeeding hypozincemia.”

The authors suggest that serial zinc level determinations be obtained, and supplemental zinc provided to those whose levels are found to be low. In addition, they recommend formal taste testing, which is correlated with serum zinc levels. Dr. Leach and colleagues also suggest that a larger and  more rigorous study could examine other factors, including assessing taste and smell, given that impairment in these senses could interfere with ongoing weight restoration once patients return home after completing eating disorder treatment programs.

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Acerca del zinc

P. Hace poco asistí a una presentación sobre la deficiencia del zinc. ¿Es esta deficiencia más grave en pacientes con trastornos de la conducta alimentaria graves? (P.A., Phoenix, AZ)

R. La deficiencia de zinc parece ser común en ciertos trastornos graves de la conducta alimentaria. ”Hipozinquemia” es un término acuñado recientemente por la médico familiar Kara Leach, MD y sus colegas del ACUTE Center for Eating Disorders and Severe Malnutrition en el Denver Health Medical Center (J Eat Disord. 2025. 13:17) En su estudio observacional de un solo centro, el equipo descubrió que la alta tasa de recaídas en sus pacientes era similar a las altas tasas de recaídas que se suelen observar en personas con trastornos graves de la conducta alimentaria, en particular en pacientes con anorexia nervosa restrictiva y con atracones y purgas (AN-R y AN-BP) y con el trastorno evitativo-restrictivo de la ingesta alimentaria (TERIA/ARFID) (Los niveles normales de zinc en plasma y suero son de 0.66-1.10 mcg/ml para niños mayores de 10 años y adultos)

El estudio de Denver Health examinó los niveles séricos de zinc en un grupo único de pacientes hospitalizados con desnutrición grave durante la realimentación. Todos los pacientes de su centro con edades comprendidas entre los 18 y los 65 años, diagnosticados con AN-R, AN-BP y TERIA/ARFID, y con un porcentaje inicial de peso corporal ideal (%IBW) >75 %, fueron seleccionados para su inclusión en el estudio tras su ingreso. Los niveles de zinc fueron más bajos en los pacientes diagnosticados con AN-BP y disminuyeron durante su hospitalización. La disminución de los niveles de zinc sugiere un nuevo papel para los suplementos de zinc en la reducción de las recaídas, dada su importancia en el gusto, el apetito y la calidad de vida. Los síntomas comunes de la deficiencia, que incluyen alteración del gusto y el olfato, disminución del apetito y depresión, pueden estar relacionados con la alta tasa de recaída entre las personas con trastornos graves de la conducta alimentaria.

El zinc es un micronutriente esencial que se encuentra en una gran variedad de alimentos, como las ostras, la carne roja, las aves, las legumbres, los frutos secos, los cereales integrales, los cereales fortificados para el desayuno y los productos lácteos. El zinc tiene una función importante en el organismo y es necesario para el metabolismo de los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Desempeña una función estructural en las proteínas, las membranas celulares, los ácidos nucleicos y los ribosomas, y regula la transcripción génica, la señalización celular, la liberación de hormonas y la apoptosis. El zinc se encuentra principalmente en el interior de las células, especialmente en el tejido muscular, y está ligado en gran parte a las proteínas, lo que puede complicar la obtención y la interpretación de los resultados de los análisis.

Se cree que ambos tipos de anorexia nervosa (subtipos restrictiva-AN-R-y atracón-purga-AN-BP) provocan múltiples deficiencias de macronutrientes y micronutrientes, con un aporte inadecuado de zinc en la dieta. En el estudio de Denver Health, los niveles de zinc disminuyeron significativamente en los pacientes desde su ingreso hasta el alta en todos los diagnósticos de trastornos de la conducta alimentaria, lo que sugiere la posibilidad de una “Hipozinquemia por realimentación”.

Los autores sugieren que se determinen los niveles de zinc de forma periódica y que se administren suplementos a aquellas personas cuyos niveles sean bajos. Además, recomiendan realizar pruebas formales del gusto, que están relacionadas con los niveles séricos de zinc. La Dra. Leach y sus colegas también sugieren que un estudio más amplio y riguroso podría examinar otros factores, como la evaluación del gusto y el olfato, dado que la alteración de estos sentidos podría interferir en la recuperación del peso una vez que los pacientes regresan a casa tras completar los programas de tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria.

No Comments Yet

Leave a Reply

Your email address will not be published.